Para afirmar que existes
Manuel Iris
1
-No tengo nada que decirte, Anémona.
Completamente danza, rodeando de tus velos
el velo que tú eres
jamás tus piernas fueron tan precisas
ni tu voz tan firme. Yo miro tus vocablos: Espalda nunca
ha sido tanta permanencia, Tobillo tanta luz
ni Cuello tanta calma.
Cabello es una mayúscula que dice
transparente, el nacimiento de lo que hay que resumir.
Pero yo nunca
puedo hacer la síntesis, yo no puedo nombrarte
como si entendiera lo que es estar aquí,
frente a una Anémona de piel y de vocablos.
2
¿A dónde viajas, bailarina inmóvil?
Aún a pesar de que te estoy llamando
no puedes detenerte. El movimiento
es una forma de quietud que llena exactamente
la forma de tus manos.
No dice nada que no tengas una forma. Pasar de un lado a otro
el centro de tu abismo, mudar a cada vértice, a cada luz
de sitio y de moldura
es tu manera de llegar a deletrear.
Voy a leer
la danza que dibujas.
3
No puedo contenerte. Si tu blancura
se descubre a cada círculo o al giro de tu voz o al ensoñado
baile de tus pliegues
debe ser que estás formando la palabra, esa pregunta
que también cambia de forma y permanece quieta
y que no sabe a dónde va,
o no lo dice.
4
Los brazos de la Anémona que son tus brazos
replegándose a la noche permanecen quietos, luminosos
como el velo que me dices, que apartas lentamente para no mostrarte
y yo no quiera imaginar tus muslos.
En tu frontera -comienzo de mis ojos- ya no adivino
lo que tiene tu pregunta, cuál es tu letra
convertida en el vocablo.
5
Cuando no estés quizá pueda sentirte, inmóvil y perfecta
bailarina,
luminosa.
No tengo tanta calma.
Mis manos no presienten el inicio de lo blanco
ni nada de tu voz. Pero quizá
también pueda leerte danzando la quietud,
sonido que diriges.
6
Si tú no fueras quien maneja los vocablos acabaría la danza.
Pero lo afirmas tú. Alrededor todo se vuelve tu silencio.
7
Quizá pueda sentirte. Quizá pueda decirte como si entendiera
el deletreo de tus manos. Asumiendo. Diciendo que no tengo
nada que decirte, que no comprendo tu pregunta,
que no entiendo la quietud.
No me interesa descifrar tu forma. No quiero hacer la síntesis
ni quiero comprender
lo que es estar así,
adivinando.
No comments:
Post a Comment